Bonito e intrigante es el espacio que encontramos en la moderna pero aparentemente medieval residencia de Bélgica, mostrando clase y perfección en cada uno de sus rincones.
Definitivamente la mejor escena de todas la fachada, tres cubos colocados dándose la espalda mutuamente y siendo aperturados por el centro crean una entrada icónica que muestra perfectamente como debe de ser una vivienda con vida de jardín, espacio que incrementa su calidad por la noche ya que también esta iluminado, los dueños de esta vivienda se ven obligados a mantener el césped de su jardín corto durante todo el año.
Es una casa funcional en la que el habitante puede desarrollarse completamente sin ningún problema y de manera muy relajada.
La privacidad no es un deseo si no que que con cortinas los usuarios son capaces de transformar un espacio al parecer doblegado a la exposición a uno que ni siquiera recibe los rayos del sol.
Es una vivienda con muchas facilidades, incluso posee piscina lo que aumenta su valor convirtiéndola en una casa sumamente deseada por el pueblo de Bélgica.
Conozcamos los interiores
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